Para mi favor, mi querida amiga me pilló con el casco encima del escritorio.
Voy a dar respuesta a su primera pregunta, y el resto se cae solo: "Se denominan recursos naturales a aquellos bienes materiales y servicios proporcionados por la naturaleza sin alteraciones por parte del ser humano; y que son valiosos para las sociedades humanas por contribuir a su bienestar y a su desarrollo de manera directa (materias primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios ecológicos)".
El "Guaguazo" está perfectamente definido por los genios de FAQWOMEN en esta página. Y está lejos de darse en una pareja establecida, sea como sean los tiempos que pase.
Cualquiera que sepa de ética primordial SABE que todas las personas son un fin en si mismas. Si quiere saber lo que me parece, le cuento que me parece una falta de ética. 1) Se usa la madre a sí misma como un recipiente y un medio para conseguir lo que quiere, y 2) Utiliza a su hijo como un medio para amarrar a su padre a una vida que el padre no quiere amarrarse.
Un guaguazo se define necesariamente por la malicia de la madre en el acto: Queda embarazada "porque las pastillas no funcionaron", porque mintió en la cuenta o por cualquier otro motivo que ella y sólo ella la muy perra controla. Pero DEBE EXISTIR la malicia de la madre en el asunto. Y el padre, por lo mismo, no queda nada feliz con la noticia, porque es la forma en que la mujer lo amarra. Y de ahí la típica imagen de la madre demandando pensión alimenticia en el tribunal de leche, el padre mintiendo sobre el sueldo para que no le quiten más de lo que quiere dar y, en fuego cruzado, un niño que no tiene ni arte ni parte en el asunto. Y de ahí a las disfunciones sicomotoras y sicosociales, los tiroteos en los colegios y el suicidio adolescente. Es una cagada, qué quiere que le diga.
La situación de su amigo (dado de que la mencionó y también la conozco) es un poco distinta, porque él está en pareja. Hace harto tiempo. En una pareja quizás algo disfuncional, pero pareja al fin. Y adora a su primera hija. Y necesitaba un hermanito o hermanita, porque un niño no puede crecer entre sólo adultos.
No fue un guaguazo. Quizás sí un condoro, pero guaguazo no. Un condoro, porque la relación de pareja que tienen estos padres no es, digamos, un ejemplo de proyección y estabilidad, pero están juntos. Y lo que no separa, une. Y la vida en común, que es el objetivo de la vida en pareja, sólo puede ser verdaderamente común si existen objetivos comunes. Y un niño, una vida, desde un punto de vista virtuoso, y pensando en ese niño, en esa vida, antes que en todo lo demás, es EL objetivo por excelencia. Más que una casa, más que un auto, un viaje o el matrimonio. Para preservar la vida vivimos, no para acumular cosas materiales. Para dar vida tenemos vida, no para proyectar un futuro en común a través de la institución llamada matrimonio, que no es más que un pueril constructo de la sociedad civil. Hay gente que se casa y fracasa antes de tener hijos; hay los que se casan, tienen hijos, y fracasan después. Y dejan a los hijos con la inseguridad de que ni aún el matrimonio es garantía de éxito en la formación de un proyecto de vida común. Y un hijo que crece sin el respaldo que da la seguridad en la familia, no tiene nada seguro en su vida.
Créame, Señorita Australis, que su amigo puede no estar feliz, puede haber perdido los ojos del tigre, pero ganó algo mucho más importante: Un sentido, un apoyo. Porque antes estaba solo dando una lucha por sí mismo. Hoy, sin embargo, lucha por sus hijos. Todo niño merece una vida plenamente digna, merece descubrir y aprender del mundo, con la seguridad de un padre y una madre detrás. Disfuncional o no, los padres deberán, con madurez, limar sus asperezas donde el niño no sea afectado. No se trata de crearle un mundo ficticio en el que todo marcha bien, se trata de que el niño aprenda que en el mundo existe mucha gente, y muchos pueden tener diferencias entre sí, pero no por eso el mundo debe no estar en armonía. Somos muchos, y el mundo es uno solo, lo mejor que podemos hacer es aprender a compartirlo.
Y por último, le digo lo que Romeo a Benvolio, mientras subía la enredadera para llegar a Julieta: "He jests at scars that never felt a wound" (Él se ríe de las cicatrices, nunca habiendo sido herido).